
Su nombre figura en el libro Guinness de los récords como el hotel más pequeño del mundo: todas sus instalaciones se resumen en apenas 600 m2 de superficie edificada y 9 m. de altura. Pero aún sorprende más su capacidad: tan sólo 4 habitaciones dobles. Llegar hasta él supone un largo viaje a los confines de la isla más remota de las Canarias, El Hierro, puro descalabro volcánico en medio del océano Atlántico. Allí, sobre un solitario embarcadero azotado por las olas, frente a los míticos Roques de Salmor, emerge el pequeño edificio, fruto de la remodelación de un antiguo despacho de aduanas que no resistió a la decadencia del comercio marítimo con América.
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